Como portavoz de Alicante Entiende LGTBI y como activista que vivo mi día a día como persona transgénero, quiero unirme a la celebración de este 31 de marzo Día por la Visibilidad Trans. Y mis palabras sólo pueden ser de reivindicación y de llamamiento a la acción, ya que aún nos queda mucho camino por recorrer y el trabajo que tenemos por delante hasta conseguir nuestra aceptación e integración sigue siendo inmenso.
Porque a día de hoy la comunidad trans seguimos siendo discriminadxs y atacadxs en todos los aspectos de la vida, reclamamos y exigimos nuestros derechos fundamentales de ciudadanía que a día de hoy se nos siguen negando, tales como el pleno acceso al mundo del trabajo o el derecho a una total despatologización y a una sanidad específica para nosotrxs, en la que la disponibilidad de nuestros tratamientos médicos no dependa de los vaivenes del mercado farmacéutico… y, naturalmente, reclamamos y exigimos el derecho al respeto y a una vida digna, en definitiva el derecho humano más básico que es el derecho a SER.
Porque aunque poco a poco las leyes y medidas de protección trans tímidamente se empiezan a hacer realidad en algunas comunidades de nuestro país en defensa de nuestros derechos básicos, su permanencia o ejecución desgraciadamente todavía siguen dependiendo de los vaivenes y cambios del partido político de turno. La ley que hoy crea una administración puede ser mañana anulada por la siguiente o, sencillamente, ser dilatada su aplicación con cualquier excusa retorcida. Ideas y doctrinas reaccionarias que a su placer y conveniencia nos intentan anular, relegando falsamente nuestro derecho a ser al campo de la ideología, cuando en justicia debe ser incluido (esto es de cajón) en el de los derechos básicos de la ciudadanía, puros y elementales derechos humanos.
Porque el desconocimiento sobre nuestra comunidad y nuestra realidad sigue siendo inmenso, reclamamos y exigimos una exhaustiva labor de educación y divulgación desde los estamentos oficiales, ya que las personas trans seguimos siendo pasto de los todavía dominantes estereotipos erróneos sobre nosotrxs, difundidos y perpetuados por estos mismos grupos, ideologías y religiones dañinas, tóxicas y reaccionarias que buscan nuestra permanente satanización, creando y propiciando un enfrentamiento artificial entre distintos sectores de la ciudadanía con tal de proteger sus espurios intereses.
Porque, todavía, las reivindicaciones de nuestra comunidad trans (y las de toda la comunidad LGTBI) se siguen tropezando una y otra vez con ese sobado y mal utilizado derecho a la libertad religiosa que en nuestro país no es tal, sino un anquilosado vestigio de tiempos peores protegido por la ideología que respalda a nuestro gobierno actual, libertad religiosa (?) que en nuestro sistema legal propicia la impunidad de los delitos de odio y que sigue manteniendo su poder de vetar los derechos básicos de la comunidad LGTBI.
Porque en este 2018 declarado por la FELGTB como año de trabajo prioritario por las Realidades Trans, la violencia y crímenes de odio contra las personas de nuestra condición se siguen cometiendo a lo largo y ancho del mundo. Asesinadas por intentar vivir de acuerdo con su condición, asesinadas por ejercer su derecho a ser ellas mismas. Asesinadas, en definitiva, por su necesidad vital de armonizar su cuerpo y su mente, una condición de equilibrio que a la mayoría de los que me leéis os viene dada de forma natural.
Desde Alicante Entiende LGTBI nos hacemos eco del grito de mi Comunidad, y reclamamos y exigimos una sociedad laica, ilustrada e igualitaria, que potencie y proteja los derechos básicos de todxs y cada unx de sus ciudadanxs fuera de la influencia de cualquier religión o ideología dañina que propicie la separación y discriminación de sectores o minorías concretas en nuestra sociedad. Reclamamos y exigimos una sociedad que sume y no que reste, una sociedad unida e igual en derechos y diversidades. Reclamamos y exigimos que las leyes que protegen nuestros derechos y necesidades se aprueben y se cumplan.
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