En la mayoría de las ocasiones son ellas las que lo tienen más complicado para practicar deportes, un mundo dominado por los hombres, y las que tienen que enfrentarse al machismo de la sociedad. Pero hay dos casos en los que cambian las tornas: la Natación Sincronizada y la Gimnasia Rítmica (a las que también podríamos añadir el patinaje artístico).
Tanto la natación sincronizada (ahora denominada natación artística) como la gimnasia rítmica han sido históricamente practicados por las mujeres y son pocos los hombres que se animan a debutar en ellos, en parte por los estigmas y prejuicios. Sin embargo, la demanda es creciente y los pioneros van abriendo el camino de las próximas generaciones.
Ruben Orihuela, 9 veces campeón de España en gimnasia rítmica y Pau Ribes, bronce en el europeo de natación de 2016 en la modalidad de dúo mixto y quinto a nivel mundial en esta categoría, representan la lucha por los sueños y el esfuerzo de trabajo. Ambos han llegado a lo más alto de lo que sus disciplinas les permiten, pero aún queda mucho por hacer.
En España hay 28 licencias masculinas de natación artística, y en rítmica la cifra es de 53 deportistas masculinos, frente a las 3.944 chicas que compiten en el deporte acuático y 6.465 que lo hacen en gimnasia rítmica, según datos de las federaciones. "Es curioso porque sí hay jueces y entrenadores, pero no hay nadadores”, explica Julia Luna, periodista de TVE experta en natación artística.
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