"Que nadie se sorprenda si dos hombres se besan cuando marque nuestro equipo". Saben que la homofobia es un delito y ya no tienen miedo: los colectivos LGTB comienzan a organizarse en las gradas de fútbol.
"Maricón de mierda" o "juegas como una nena" son gritos que se escuchan cada fin de semana en los estadios españoles cuando un futbolista no ha corrido lo suficiente por ir a por un balón, o simplemente para faltarle el respeto al rival burdamente. Ni siquiera se piensa en si ese futbolista en cuestión podía ser homosexual.
No sería nada raro. Si hacemos caso al Informe Kinsey, que decía que entre el 8 y el 10 % de la población mundial es homosexual, tendría que haber dos jugadores gais en cada equipo -Real Madrid y Barça incluidos-, aunque ninguno lo reconozca.
Quizá por eso hay hasta tres colectivos LGTB que actúan como grupos de animación de diferentes clubes españoles. De hecho, la semana pasada se fundó la plataforma RCDE LGTBI formada por aficionados al Espanyol. No es la primera que surge en la ciudad de Barcelona, ya que la Penya Blaugrana Gais i Lesbianes del Barça fue la pionera del país dando apoyo al Barça hace más de 10 años, aunque hoy ya no esté activa.
Pero, ¿por qué ahora hay más colectivos LGTB y son más visibles?
El miembro de la Peña LGTB Valencia CF, Jordi García, está convencido de que está aparición tiene que ver con la evolución de la sociedad.
"Era algo que flotaba en el ambiente, hay muchas personas LGTB que les gusta el fútbol y no van a ver las pantorrillas de los jugadores. Se ha roto el armario dentro del fútbol, aunque siga siendo un mundo muy machista y viril donde domina el modelo del macho ibérico", nos dice el componente de este grupo que quiere utilizar la animación como vehículo para sensibilizar a la gente sobre asuntos sociales como la violencia de género, el VIH o la situación de los refugiados.
En ella ya participan más de 100 personas a través de las redes, sin importar su orientación sexual, religión o ideología, solo exigen respeto y igualdad. "Esperamos que nadie se sorprenda si ve a dos mujeres o a dos hombres besándose si marca el Valencia", confía García.
Algo parecido sucede en Nenas Cadistas, un grupo que surgió cuando un segurata del Ramón de Carranza no dejó entrar al estadio a varios jóvenes con la bandera LGTB. Cuando el Cádiz CF se enteró de lo sucedido despidió al empleado en cuestión.
En una grada progresista como la del Cádiz se podía esperar, pero no deja de llamar la atención que hayan aparecido dos colectivos de este tipo en plazas relativamente más conservadoras como Mestalla y Cornellà-El Prat. Todas ellas están haciendo los trámites para convertirse en una peña oficial.
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