Vine a progresar.
A comerme el mundo.
A no perder la sonrisa ni un solo segundo.
A no darle la espalda a aquel que me saludara.
A mantener a raya todos los miedos que me estrangulaban.
Confié en que cumpliría,
pero quizá yo ya me lo olía:
imposible dejar atrás ese alguien del pasado aunque te haya desgastado.
Vine a destrozar sombras que parecían jubiladas
y aparecisteis tú y más tú de vuelta enamoradas.
Percibo ahora pocas ilusiones antaño enmascaradas
por un falso atisbo de camino correcto.
Sobran palabras cuando termino y sufro arcadas;
en vez de saltar aún persigo el intento.
Ojalá no me llame el abajo firmante
para disculparse desde el firmamento.
Vine a resolver dudas importantes;
lo primero y seguro que tengo es a mis padres.
Luego surge el reparto,
donde no cabía nadie más que yo en mi cuarto.
Gente diferente con la que sumar un círculo vicioso
que de grande pierde la esencia que un día lo hizo victorioso.
Falta de tiempo y ganas; no te sulfures si encuentras silencio y ranas,
pues mañana solo te escuchará el que por ti rezó y la que te cantaba las nanas.
Vine a solucionar la debacle que me espera
y al final vi que no es el lugar el que me condena.
Son las cábalas que mi cabeza crea;
los disparos que esta vida deja;
las imágenes que de reales suenan;
el martirio de pensar que uno ya no sueña.
Rompí lazos para meterme en la caverna
con la esperanza de descubrir una nueva Ella.
Vine a darme cuenta de cosas.
No pretendía poner el punto y aparte,
sino soltar una coma y mirar hacia adelante.
Pero no. Tiende uno a volver.
A remover.
A correr.
Aun queriendo olvidar,
la vida te devuelve lo que pretendías dejar atrás.
Vine a crecer como persona
y ahora que me miro en el espejo
puedo decir que resulto algo complejo.
¿No era ese uno de los objetivos?
¿Transformarse en la mejor versión de uno mismo?
¿O era huir de la comodidad del momento?
Quizá esta parte sí la conquistara.
¿O es el momento el que cómodamente emprende la huida?
No lo sé. Por lo pronto no creo que lo persiga.
Vine a no conformarme.
Pero, entonces, ¿por qué no vas y atrapas el momento, farsante?
Porque me engaño a mí mismo
pensando que ya lo he vivido;
considerando que los instantes de grandeza expiraron.
Que lo nuestro, lo de todos, se ha difuminado.
Como esa alegría que recuerda tanto al pasado.
Como ese portón de la dicha antaño iluminado.
¿A qué vine yo?
A volver al pasado y dejar que el poema se derrumbe.
A ensanchar las sombras que ahora incluso se desnudan.
A llenarme la mente de eterna incertidumbre.
A divisar el futuro peor que nunca.
A hacer de mí un ser inferior.
A decirle a todo el mundo: sí, señor.
A redactar unos versos que qué sé yo.
Para leer otras poesias de A.F.C. publicadas en la página web alpharticles.com pinchad aquí directamente.
© 2014 - 2024 Development by Clara Díaz Fonticoba. All Rights Reserved.