Human Rights Watch denuncia "abusos" y "violencia física" sufridos por solicitantes de asilo homosexuales en Ceuta. La ONG exige al Gobierno que les traslade a la península y no eternice su espera sin poder salir de Ceuta. Personal del centro reconoce que otros internos les hostigan y atacan.
"Aquí también me insultan, me dicen maricón. Me dicen que cuando me ven fuera me van a pegar. Y me atacan, yo escapo. Una vez, en noviembre o diciembre, uno me pegó. Era un argelino. Me decía 'maricón, te voy a matar'. Anteayer estaba con un amigo, vino un argelino y me echó de la habitación diciéndome ‘eh maricón, sal de aquí’”. El que habla es Ahmed ─nombre ficticio─, un joven homosexual marroquí de 29 años que habló recientemente con el personal de la ONG Human Rights Watch (HRW), durante una visita al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta.
Ahmed lleva meses residiendo en el CETI, desde que decidió huir de Marruecos, donde la homosexualidad está perseguida por ley y cuenta con gran rechazo social. Tanto Marruecos como Argelia criminalizan la actividad sexual con consentimiento entre personas del mismo sexo, y prevén para esto una pena de hasta tres años de prisión y multas.
Pero Ahmed encontró en Ceuta el mismo trato que recibió en su país de origen. HRW denuncia que los solicitantes de asilo LGBTI sufren abusos en Ceuta mientras esperan a que se tramite una solicitud de asilo que se eterniza. "Los solicitantes de asilo LGTBI que huyeron de contextos de intimidación y hostigamiento homofóbico en su país de origen enfrentan abusos similares en Ceuta, tanto en el centro de inmigración como en las calles”, afirma Judith Sunderland, investigadora de la ONG.
Según personal del CETI de Ceuta, actualmente hay entre 70 y 80 solicitantes de asilo, de los cuales al menos diez han pedido asilo alegando discriminación por su orientación sexual o identidad de género. Un miembro del personal del centro contó a Human Rights Watch que otros residentes suelen “burlarse, hostigar y atacar” a las personas LGBT que solicitan asilo. “Muchos no aceptan compartir una habitación con un homosexual. O los hostigan aquí o pelean fuera del centro”, recoge en su comunicado la ONG.
HRW habló con tres hombres gais alojados en el centro, dos procedentes de Marruecos y uno de Argelia, que habían pedido asilo por persecución debido a su orientación sexual. Describieron haber vivido situaciones de abuso extremo, incluida la violencia física ejercida por familiares, rechazo reiterado y generalizado por parte de la sociedad y agresiones físicas en las calles de sus países de origen.
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