Los derechos sexuales son derechos humanos, asumirlo de este modo genera criaturas felices, plenas y dispuestas a devolver a la sociedad todo el bien que sean capaces de producir.. Así lo demuestran las historias de un grupo de jóvenes que conversaron brevemente con CubaSí.
Ernesto Luis Betancourt es gay, estudia tercer año de medicina y aunque confiesa que el espacio familiar ha sido el más complejo para él nos cuenta con optimismo:
En cuanto a sus espacios de estudio y trabajo comenta: “Creo que hay un nivel de respeto hacia el profesional de la salud sin importar su orientación sexual, a pesar de los prejuicios que existen, más aún cuando es un profesional de alta calificación y de alta experiencia, como tenemos a muchos buenos médicos que son homosexuales y han salvado muchas vidas y se han ganado el cariño de sus pacientes y de sus compañeros de trabajo. “
Así lo confirma la experiencia de Dicsan Oseti, un estomatólogo que asiste al trabajo trasvestido, sin temor de ser rechazado por lucir tal y como se siente:
En la dirección de recursos humanos de una empresa azucarera labora Leonel Ramírez, asiste con ropa de mujer y no se esconde para afirmar que si tuviera la oportunidad se sometería a una cirugía de cambio de sexo.
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