La Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Constitución Española, en su artículo 14, reconocen la igualdad entre todas las personas por encima de cualquier condición y el derecho a no ser discriminadas por “razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
Las instituciones públicas, los partidos políticos, sindicatos, asociaciones de empresarios y de profesionales y demás organizaciones deben trabajar decididamente en la defensa de los derechos de la ciudadanía, en la promoción de la igualdad de todas las personas y en la prevención y la lucha contra cualquier forma de discriminación, para que todas las personas puedan ejercer plenamente sus derechos y disfrutar de una verdadera y plena ciudadanía democrática.
Sin embargo, todavía hoy, siguen existiendo casos de discriminación y violencia absolutamente intolerable que exigen incrementar las acciones para defender la igualdad.
Este es el caso de la homofobia y la “transfobia”, dos formas de discriminación que no deben tener cabida en ningún ámbito de la sociedad ya que atentan contra los principios de nuestra Constitución y quiebran la convivencia democrática y plural.
Aunque en España, gracias al esfuerzo de los movimientos ciudadanos, la madurez social y la voluntad política, se han realizado notables avances eliminando normas discriminatorias del ordenamiento jurídico, la homofobia y la “transfobia” siguen siendo dos formas de odio y rechazo social aún muy extendidas.
Tras haber alcanzado la igualdad jurídica, incluyendo en el artículo 510 de nuestro Código Penal la tipificación de los delitos de odio contra quienes promuevan la violencia o la discriminación contra alguien por motivo de su orientación sexual, entre otros, la sociedad española debe afrontar el reto ambicioso, pero necesario, de conseguir la igualdad de hecho a través de la educación en el respeto a la diversidad afectivo-sexual y de identidad de género. Este será, en definitiva, el modo de conseguir la eliminación de todas las formas de discriminación.
Este compromiso político, y ciudadano por la sensibilización debe conseguir una sociedad más informada y formada que se esfuerce por proporcionar la seguridad suficiente para que las personas puedan vivir en sintonía con su orientación sexual en todos los pueblos y ciudades de nuestro territorio. Este objetivo exige, por tanto, una visibilidad más cotidiana de la realidad, de las diferentes opciones, de la libertad de elección para combatir la homofobia y la “transfobia” desde el conocimiento y la convivencia.
El 17 de mayo de 1990 la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desclasifico la homosexualidad como enfermedad mental, hecho que se conmemora en reconocimiento de una fecha histórica en la lucha por la dignidad humana. Sin embargo la transexualidad aún está considerada enfermedad mental por la OMS y otros organismos.
Alzamos especialmente la voz por aquellos que, en diferentes lugares del mundo, no pueden expresar su sexualidad con libertad y sufren diariamente el odio, el rechazo y la marginación. Hay más de 70 países en los que se persigue a ciudadanos por su orientación sexual y en 8 de ellos puede castigarse con pena de muerte las relaciones entre personas del mismo sexo.
La homofobia y la “transfobia” causan dolor y sufrimiento. Ningún ser humano debería ser víctima de la violencia, tortura, estigmatización o padecer abusos. Es inadmisible que las personas sean discriminadas por su orientación sexual o identidad de género y que sus derechos sean vulnerados. La presión de la homofobia y la “transfobia” coarta la libertad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, provocándoles problemas de aceptación personal o persuadiéndoles a no vivir su sexualidad e identidad con naturalidad.
Por ello, es imperioso poner fin a la violencia homofóbica y “transfóbica” tanto física como psicológica, que fomenta la interiorización de conductas de rechazo, despertando el miedo y el odio a lo distinto.
Conscientes de la obligación de seguir avanzando en este ámbito, seguiremos adoptando las medidas necesarias para garantizar a todas las personas el disfrute efectivo de los Derechos Humanos en condiciones de igualdad y no discriminación. Debemos asegurar la prevención y protección frente a la homofobia y la “transfobia”, en la defensa de la equidad y la dignidad de las personas como bienes superiores a preservar en cualquier sociedad.
Por lo expuesto, los portavoces de todos los grupos políticos del Excmo. Ayuntamiento de Albacete proponen al pleno del Ayuntamiento la siguiente DECLARACION INSTITUCIONAL:..
Para leer la Declaración publicada en la página web lacerca.com, pinchad aquí.
Fotografia por albacete.es
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