Esto es un bar donde una cuadrilla de amigos gays están tomando algo. Uno de los chicos del grupo acude con un muchacho heterosexual como acompañante. Se sientan todos en una mesa y empiezan la conversación. Todos los chicos que componen la cuadrilla gay están asombrados al tener delante a una persona heterosexual, así que le empiezan a preguntar, sorprendidísimos: "¿En qué momento te diste cuenta de que te gustaban las mujeres?". Uno apostilla: "Pero… ¿nunca has probado con hombres?". Y ya desata la batería de interrogantes: "¿Y cómo lo contaste?, ¿Cómo sabes que no te gustan los hombres?, ¿Estás seguro?, ¿En tu trabajo lo saben?". Interminable.
Algo llama la atención en esta historia, ¿verdad? Si cambiamos la cuadrilla de amigos gays por una de heterosexuales, al heterosexual interrogado por un homosexual… ¡Todo tiene más sentido!
Muchas personas homosexuales sienten la obligación de dar explicaciones constantemente: cómo se dieron cuenta de que eran gays, que si están seguros, que si han probado con el sexo contrario, que si… Parecen estar sometidos al tercer grado o, aún peor, sentados en un debate televisivo de esos que poco se diferencian con los circos.
Pero, ¿acaso aman de diferente manera que las personas heterosexuales? ¿Tienen una luz que cambia de color cuando se sienten atraídos por el mismo sexo? Ahora os invito a que os pongáis en su lugar, a que os imaginéis con una cuadrilla de amigos que te hace esas preguntas. O, aún peor, a estar toda la vida, en el trabajo, en el médico, conociendo a gente nueva…, escuchando: "Y qué, ¿tienes novia? No, soy gay". Y ahí viene la respuesta condescendiente, tolerante de la otra persona: “Ah, qué guay. Yo no tengo ningún problema con ellos, a mí me caen genial”. A lo que tú te planteas esponder: “Señora, a mí no me caen genial, hay algunos majos y otros no”.
La tolerancia. Los heterosexuales toleran a los homosexuales. Y tienen la conciencia tranquila. Porque ellos toleran. "No sí yo os tolero”, y damos las gracias. "Qué guay, me toleran". ¿No es injusto que haya que tolerar la orientación sexual de quien sea? Porque en el momento que una persona tolera y la otra es tolerada, ya no partimos de la igualdad.
Se actúa desde la heterosexualidad como normalidad. Es el punto cero, la línea de salida. ¿Por qué una persona heterosexual no tiene que salir del armario? Nadie le pregunta cómo se dio cuenta o cómo lo contó a la familia. Porque es normal. Y, ¿por qué es "normal"? ¿Quién marca lo que es normal? ¿Algún político, alguna ley, algún dios o alguna cultura? ¿Cuándo se cruza la línea hacia lo anormal?
Es un error hablar de tolerancia o de respeto hacia las personas homosexuales. No es respeto hacia las personas porque son homosexuales, sino respeto porque son personas, como cualquier hijo de vecino. No consiste en respetar ni en tolerar, consiste en educar en la diferencia y en la diversidad. No consiste en preguntar por una novia ni por un novio, consiste en preguntar por una pareja, aceptando la diversidad de posibilidades.
Héctor Modrego
Asesoramiento sexológico y de pareja
hectormodrego@hotmail.es
Madrid - Zaragoza
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