“A estas alturas, en pleno 2015, es lógico pensar que si existe igualdad en el matrimonio, al menos, deberíamos tener una sociedad segura para nuestros hijos”, dijo Samantha Ames, abogada personal de NCLR y coordinadora de la Campaña #BornPerfect, que aboga para que se aprueben las leyes contra la terapia de conversión en los 50 estados de Estados Unidos.
Hace tres años, el NCLR se asoció con el entonces senador estatal de California Ted Lieu y, con la ayuda de profesionales de la salud mental y de algunas asociaciones, redactó el primer proyecto de ley de ese tipo para prohibir a los profesionales certificados poner en práctica la terapia de conversión en menores de edad en el estado de California. El gobernador Jerry Brown firmó el proyecto de ley en septiembre de 2012, y desde entonces el NCLR ha contribuido a que se aprueben leyes similares en Nueva Jersey, Illinois, Oregón y Washington, logrando que al menos los legisladores de otros quince estados las incluyan.
Este año, Lieu, de California, quien ahora es miembro del Congreso, introdujo una prohibición federal contra la terapia de conversión en la Cámara de Representantes.
¿Qué es la terapia de conversión?
Antes de que la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) declarara que la homosexualidad no era una enfermedad o trastorno mental, a mediados de la década de 1970, las personas LGBT eran sometidas regularmente a distintos tipos de terapias, desde el electroshock hasta las náuseas inducidas.
Cuando la APA desclasificó la homosexualidad, estos tratamientos se eliminaron. Pero estas prácticas se retomaron en 2009.
Alison Gill, asesora legislativa principal de la Campaña por los Derechos Humanos, explicó que la segunda ola de la terapia de conversión surgió como una respuesta ante el creciente movimiento de los derechos LGBT, “como una alternativa a la igualdad”. Gill le explicó a Yahoo News que la premisa es que “no existe ninguna razón para luchar por la igualdad de la comunidad LGBT, si las personas no son realmente gais o trans o si pueden ser arreglados”.
Esta práctica inicialmente se había limitado a los grupos religiosos, pero ahora está siendo promovida por organizaciones seculares como la Asociación Nacional para la Investigación y Terapia de la Homosexualidad, de Los Ángeles, o NARTH, que comenzó a entrenar a profesionales certificados, psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales de todo el país en la terapia de conversión.
Es difícil hacer referencia a datos precisos sobre la prevalencia de la terapia de conversión en Estados Unidos. Pero para formarse una idea de cuánto se ha expandido esta práctica, los opositores de la terapia de conversión referencian la investigación de la Dra. Caitlin Ryan, trabajadora social clínica y experta en salud LGBT que a través del Proyecto de Aceptación Familiar ha estudiado las relaciones entre jóvenes LGBT y sus familias. Ryan estima que uno de cada tres adolescentes LGBT han sido sometidos a la terapia de conversión.
Pero, como explicó Mathew Shurka, el “estigma de ser gay” contribuye a mantener oculto el mundo de la terapia de conversión.
“Si tus padres te llevan a una terapia de conversión, no se lo contarás a nadie, porque entonces te estarías delatando a ti mismo”, le dijo a Yahoo News. “Y si vas a la terapia y terminas convirtiéndote en heterosexual, no se lo contarás a nadie porque estarías admitiendo que eras gay”.
Para leer el artículo completo, que se ha publicado en la página web yahoo.com, pinchad aquí.
Me parese ridículo que hallan personas proponiendo cosas tan ridículas como esas de la cura hay jajaja somos así y que no estamos enfermos sólo somos asi
© 2014 - 2024 Development by Clara Díaz Fonticoba. All Rights Reserved.