Externamente luce como una mujer; tiene una cabellera negra, larga y tupida de risos, sus ojos están bien maquillados y su cuerpo tiene las curvas de cualquier muchacha. Es una mujer, pero nació hombre. Su cédula indica que su sexo es masculino y en ella consta el nombre de un joven. Parece un error del Registro Civil, pero para Rashel Erazo, activista transgénero, ese documento es un símbolo de la "incongruencia que existe en el país cuando se habla de la identidad sexual”.
Una frase tan común como esta -dice- tendría un significado real el momento en que la Asamblea Nacional aprobara la Ley del Servicio Nacional de Gestión de la Identidad y Datos Civiles. Ayer miércoles 14 de octubre, la Comisión de Gobiernos Autónomos aprobó el informe para segundo debate de ese proyecto.
En su cédula, Rashel Erazo es identificada con el sexo masculino. En la norma se presente por primera vez la posibilidad de cambiar la palabra sexo por la de género. Podría parecer un detalle insignificante, pero para la activista, que también es presidenta de la Asociación Alfil, esta modificación sería un logro en la lucha por el reconocimiento de los derechos a la identidad sexual del movimiento de gais, lesbianas, bisexuales, transgénero e intersexo (Lgbti), pero sobre todo de las personas transgénero.
Incluir el género en la cédula implicaría que una persona como ella, que luce y se siente como mujer, pueda cambiar la palabra 'masculino' por la de 'mujer' en su documento de identificación. Su sexo quedaría en la partida de nacimiento, que no es un documento público.
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