Fué ayer jueves, y gracias a Twitter, se han hecho eco algunos diarios generalistas. Pero es ridículo que a estas horas cualquier persona, simplemente por estar de juerga, tenga la capacidad de destrozar el mobiliario urbano y que no le suceda nada.
Pero quizá es peor cuando ha ocurrido en la misma Plaza de Chueca, y lo 'destruido' es un pequeño altar en homenaje a Pedro Zerolo, que se erigió en su honor el pasado día 9 de junio, el día de su fallecimiento.
Animales ingratos, juerguistas sin escrúpulos, homófobos de mierda o simplemente gilipichis... eso es lo que son.
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