Lo ha fallado un tribunal de Egipto, y de esta manera se "liberaliza" la posibilidad de que el Ministerio del Interior pueda prohibir la entrada a gente homosexual al país, como medida a favor del "interés público" debido a los supuestos valores religiosos y sociales de la ciudadanía egipcia.
Esto ocurre después del rechazo del Tribunal sobre la deportación de un homosexual libio, y en la sentencia se afirma que las autoridades pueden tanto deportar como prohibir la entrada a la gente homosexual.
Lo más gracioso de esta cuestión, es que en ninguna ley de Egipto se prohibe la homosexualidad, pero sí el libertinaje y la corrupción de la moral pública.