Un europeo piensa en Colombia y la imagen que le llega es la de un país tropical, con muchas palmeras y calor. Y es verdad, pero solo a medias. Colombia es un país de contrastes donde encuentras desde las selvas amazónicas hasta los paisajes propios de la sabana africana, de la playa caribeña a la alta montaña, del calor más agobiante a un invierno completo, y todo ello a veces en el transcurso de unos pocos minutos de viaje ya que las diferencias de altitud son las que marcan la diferencia de climas y de ecosistemas.
Y enmarcada en un paisaje que recuerda a la aridez almeriense, se encuentra Barichara, dominando el cañón del rio Suarez desde la meseta en la que se encuentra, que aunque no es tan majestuoso como el cercano del Chicamocha, te deja sin aliento cada vez que lo contemplas.
Barichara es un pueblo que podría haber sido traído piedra a piedra desde España y envuelto en un reloj de arena donde el tiempo dejo de transcurrir hasta hace muy poco. De casas, fabricadas en paredes de tierra, encaladas de blanco inmaculado roto en franjas de color tradicionalmente verde botella, ahora ya con azules, ocres y amarillos, donde el cielo de azul inmaculado se rompe con sus tejas de barro y choca con la dureza de las piedras que conforman sus calles.
Recorrer sus calles, visitar sus iglesias o disfrutar de su amplia oferta cultural sorprende a nacionales y extranjeros, puesto que la tranquilidad y la sensación de seguridad están presentes en cada inhalación de aire o paso dado. Y sorprende además porque se da en un país donde hasta bien poco, esa sensación de seguridad era un lujo solo asumido cuando se viajaba al exterior.
Y una forma de disfrutar a Barichara, es alojarse en uno de los muchos hoteles de pequeño tamaño y atención personalizada que conforman su oferta hotelera, siendo uno de los ejemplos mas característicos el hotel EL CARAMBOLO.
Con tan solo cuatro habitaciones alrededor de un jardín y patios centrales, le debe su nombre al árbol de carambolos que los preside y es un ejemplo de como la tradición de la tapia pisada y los muebles de estilo sencillo y rustico se complementan perfectamente con el uso actual de los materiales tradicionales en diseños simples y elegantes de los baños.
Tumbarse en una hamaca mientras escuchas música o lees un libro, se convierte en un atractivo mas en unas vacaciones que pueden ser tan tranquilas o agitadas como prefieras ya que el abanico de actividades es variado.
Parapente, rafting o descenso en rappel por cascadas son algunos de los deportes de aventuras que se pueden practicar en la zona, o en plan mas tranquilo cabalgatas o caminatas por caminos reales de piedras centenarias ya.
Barichara es, sin duda alguna, sinónimo de un plácido y fantástico viaje en el tiempo; la sensación de estar allí se describe siempre de manera agradable, y más aún si se cuenta con un lugar como el hotel que mencionan en este artículo donde al parecer la tranquilidad del pasado y los beneficios de presente se conjugan para brindar una experiencia que merece ser vivida.
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