Cinco años, viajes por cuarenta y cinco países y más de seiscientas entrevistas hicieron posible la realización del libro Global gay: cómo la revolución gay está cambiando el mundo. Frédéric Martel, uno de los más renombrados sociólogos y periodistas franceses, director de investigaciones en el Institut de Relations Internationales et Stratégiques (IRIS) de París, condensa en 330 páginas un descomunal estudio sobre las transformaciones que está experimentando la comunidad gay en el mundo, según una entrevista publicada en la página web elespectador.com
-Usted habla de la “cultura global gay”, ¿la globalización está uniformando los consumos y formas de identificarse de la comunidad homosexual?
Esta globalización de la “cuestión gay”, la cual describo en mi libro, es de tendencia muy americanizada y no resulta en una uniformación. La comunidad gay tiene expresiones locales que marcan la diferencia, está muy arraigada en la cultura local.
-¿Cómo identificar las transformaciones de lo que usted denomina “revolución gay”?
Si transponemos el mapa de la homofobia a otros escenarios, como el de la libertad de prensa, entre otros, vamos a ver que no coinciden. Un país no puede tener libertad de prensa y de opinión si en él no se respetan los derechos de la comunidad homosexual. El mundo está cambiando con las victorias en las luchas libradas por cientos de personas en pro de los derechos humanos que contemplan la igualdad de la comunidad gay.
-¿Cuáles son las formas de homofobia más patentes en el mundo?
En los últimos años, en muchas partes del mundo hemos pasado de la criminalización de la homosexualidad a la de la homofobia. Podríamos agrupar dos formas de homofobia a nivel mundial: una que llamaría “homofobia fría”, que se esconde detrás de algunos valores, de un exacerbado afán de soberanía nacional y de antiglobalización, como se puede ver en Rusia, China y Europa del Este, entre otros países, y la forma de homofobia que llamaríamos “caliente”, que tiene un sentido religioso y está presente en los países árabes, en Irán y en algunos países de África.
-Aun así, su libro muestra que en el mundo se ha logrado una mayor aceptación de las prácticas de la comunidad homosexual.
En Nueva York y Ámsterdam, por ejemplo, la vida gay está en todas partes y en diferentes áreas, no únicamente en un gayborhood, como llamamos a los barrios gais. Estudié esas áreas observando cómo están integrados los gais, cómo han sido aceptados sus derechos y cómo se ha legalizado el matrimonio homosexual. Los barrios donde viven ahora se caracterizan por una mezcla sexual no compartimentada y más fluida.
-¿Esta convivencia que respeta y tolera la diferencia se está dando únicamente en Occidente o en todo el mundo?
No sólo está pasando en el mundo occidental, también existe en México, Brasil, Tel Aviv y Tokio. Nos dirigimos hacia un mundo “posgay”, concepto que, como muestro en mi libro, hace referencia a la superación de la “identidad gay” luego de la liberación y la obtención de la posibilidad del matrimonio para todos. Una identidad construida por otros valores, ante la ley y no simplemente por las preferencias sexuales.
-En Colombia se adelanta un fuerte debate público sobre la adopción por parte de parejas del mismo sexo. Algunas personas que se oponen a ella pero defienden los derechos de los homosexuales en otros planos han sido llamadas homofóbicas. ¿Qué opina?
También fue un tema de acalorado debate en los países europeos. Pienso que se tiene que dar de manera abierta, donde exista la posibilidad de que medien los argumentos de todas las partes. El debate no se puede reducir a un solo punto de vista ni caer en la agresividad.
Para leer completa esta interesante entrevista, pinchad aquí.
© 2014 - 2024 Development by Clara Díaz Fonticoba. All Rights Reserved.