Acabamos de leer en un blog de el diario 20minutos.es un interesante artículo de opinión. El título del blog es "Madre reciente (cada vez menos)", y la reflexión que hace esta madre a su hija de cinco años es muy interesante. Aquí os dejamos algún extracto de su pensamiento.
Volvíamos por la tarde camino de casa. Justo a una manzana de nuestro portal hay un pequeño parque en el que suele haber un grupo más o menos nutrido de adolescentes ocupando un par de bancos y ejerciendo su adolescencia: bromas, posturitas, charlas intensas, algunas discusiones, actitudes gallitas y seductoras en periodo de prácticas…
Bueno, la cosa es que pasaba por allí con Julia de la mano cuando uno de ellos salió corriendo pocos metros y otro le saltó encima, le agarró y arrastró de nuevo al banco gritando: “¡Maricón, que eres un maricón. No te escapes. No seas maricón y hazlo!”.
Uno protestaba y se revolvía riendo, otro se mofaba y gritaba riendo también. Julia se quedó mirándoles extrañada, no le parecía exactamente que estuvieran peleando o insultándose, tampoco que estuvieran del todo jugando. Todavía es pronto para que comprenda ese comportamiento tan típico masculino. Puede que incluso para mí también sea pronto, pero como para cualquier niño de cinco años su madre es el oráculo que todo lo sabe, algo así como Google con bolso, me miró y me preguntó: “¿Mamá, ‘maricón’ es un taco?”
“Sí cariño, es un insulto y no debe usarse. Ese chico le está queriendo decir al otro que no sea cobarde y lo hace usando una palabra que hace que esté también insultando a millones de personas que no están presentes…” Y ahí me detuve. Mi santo a veces me dice, y no es el único, que doy explicaciones demasiado complejas a una niña tan pequeña, probablemente este era uno de esos casos en los que me estaba excediendo. Julia se quedó conforme y no preguntó más, así que yo tampoco seguí contándole lo que pretendía.
Me lo guardaré para el futuro, ya le explicaré cuando sea un poco mayor que esos chicos, probablemente sin haberlo reflexionado e imitando lo visto y oído en casa, la tele o el campo de fútbol estaban perpetuando la rancia visión de que es mejor no ser maricón, que los maricones no tienen arrestos, cuando la realidad es que por las personas que cada cual ame, independientemente de su género, uno no es mejor ni peor. De hecho la única certeza es que amar a otros siempre es bueno. Le contaré que algunas de las personas más valientes que yo he conocido amaban a otras de su mismo sexo, pero que en líneas generales no hay ninguna cualidad o defecto vinculado a las preferencias sexuales de cada cual.
Ojalá llegue el día que no sea necesario explicárselo a nuestros hijos.
Para leer el artículo completo, pinchad aquí.
© 2014 - 2024 Development by Clara Díaz Fonticoba. All Rights Reserved.