Primero pido disculpas por mi incursión en esta sección. De cine, de teatro y de televisión no soy ningún experto. Tampoco en otras cuestiones, pero en este caso soy un simple televidente, con pocas visitas al cine y al teatro. Supongo que es cosa de “pasta”, los cines se han puesto a unos precios impensables en pesetas, y el teatro, el verdadero padre de cualquier artista, peor todavía. Diez mil pesetas (que suena mucho peor que 60€) para ver una obra de teatro, se me atragantan un poco.
Pero no podía obligar a nuestros colaboradores, verdaderos artífices de esta sección a escribir sobre una pelí que me dejó un poco trastocado. E incluso, creo, no estoy seguro, que he cometido una ilegalidad. Y digo ilegalidad, porque entré en el youtube, busqué la palabra “peliculas gay”, y me salío esta “Plegarias para Bobby”. Y el youtube no es ilegal, entonces, yo la ví.
Primero me quedé aterrorizado por el doblaje. No voy a entrar en detalles sobre la falta de cultura española de ver cine en versión original. No nos han acostumbrado, y por este motivo se considera a los dobladores españoles como los mejores del mundo. Y aquí está la cuestión. Plegarias para Bobby está doblado en ¿chicano?. No es ese español que tanto oímos en los culebrones. Es ese español que recuerda a las primeras peliculas de Walt Disney que nuestras mayores vieron en España. Es ese español extraño mezcla entre un neoyorquino, un paraguayo y quizá un canario. ¡Un horror vamos!. Pero busqué, busqué y busqué, y finalmente la única traducción al español era esta. Y me senté, y comí palomitas y pipas. ¡Y lloré!
Esta peli está basada en hechos reales, y esa es la primera frase que te dicen. Con lo cual el sofá empieza a incomodarte. Dirigida por Russell Mulcahy nos cuenta la historia de un adolescente homosexual, que vive en una familia “muy cristiana”, con una madre más preocupada por lo que dice la Biblia que por los sentimientos de su familia.
La madre, a quien odiarás o querrás de manera consecutiva, está interpretada por la impresionante Sigourney Weaver. Lástima de doblaje, ya que no podemos disfrutar fielmente de ella, pero está impresionante. ¡No hay que odiar a una madre!, pero en este caso el odio es visceral. Aunque puedas llegar a entenderla, como homosexual me sentí toda la película incómodo con su presencia.
El protagonista tiene un hermano, el chulazo de turno. Y un padre, y una hermana, y hasta un cura. No os voy a contar nada sobre la historia. Vale la pena abrir vuestras mentes a ese idioma extraño (si no quereis verla en inglés o con subtítulos) y dejarse arrastrar por la narración.
Lo peor de la película, que se base en una novela de Leroy Aarons basada en unos hechos reales acontecidos a finales de los setenta y principios de los ochenta.
Lo mejor, que es una película en la que muchos homosexuales descubrirán pequeños retazos de su propia vida.
Os la recomiendo, se deja ver, se disfruta, se llora incluso, y de repente, en mi caso particular, se quiere más a “la madre que me parió”.
Fecha de estreno inicial: 21 de enero de 2009
Fecha de lanzamiento en DVD: 18 de diciembre de 2009
Duración: 120 minutos
Guión: Katie Ford
Reparto: Sigourney Weaver, Ryan Kelley, Henry Czerny, Austin Nichols, Carly Schroeder, Dan Butler, Scott Bailey
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