La fórmula chico-conoce-chica que el cine comercial convirtió en un género se transmuta en El tercero en chico-conoce-pareja de chicos. La nueva película del director cordobés Rodrigo Guerrero (que ya dirigió El invierno de los raros) se estrena hoy en Córdoba, en el Cineclub Hugo del Carril (San Juan 49) y en el cine Gran Rex, mientras está por cumplir su quinta semana en cartelera del mítico cine Gaumont de Buenos Aires. La historia cuenta el encuentro entre un joven estudiante con una pareja gay a la que conoce a través de un chat. La noche del trío es el eje de la narración, que en tres actos muestra la crudeza hot del diálogo por chat, la cena en la que los personajes se conocen y develan su humanidad, y la escena de sexo en la que sus cuerpos se encuentran, según publican en la página web vos.lavoz.com.ar
El elenco de El tercero está formado por Carlos Echevarría, Emiliano Dionisi y Nicolás Armengol, más conocido por su trayectoria como bailarín en musicales de Aníbal Pachano y en el certamen de baile de ShowMatch. “Este es mi primer trabajo en cine. Es un protagónico, en una película no convencional, con mucho trabajo de actuación. Claro que tenía mis miedos”, explica Nicolás, que acompañó al director en la avant premiere en esta ciudad.
Las exigencias interpretativas del filme demandan una alta dosis de naturalidad para sostener los diálogos y primeros planos, así como un poder de expresividad realista para la escena de sexo, además de la entrega que la historia requiere de los actores. “Siempre trabajé en musicales. Y lo cierto es que antes de aceptar este papel tenía miedo del prejuicio que a veces hay sobre los bailarines y sobre los que participaron en el “Bailando”. El prejuicio de los demás y el mío también. Pero en todos los casos, siempre que participé en musicales, me interesó decir algo, contar. Cuando canto, bailo o actúo, siempre lo hago porque quiero decir algo”, continúa Armengol.
En la película, Nicolás interpreta al novio de Carlos Echevarría. Ambos conforman una pareja estable que hace años que convive, y que decide invitar a ese círculo íntimo al joven que encarna Emiliano Dionisi. Como parte de la preparación para el rol, el director pidió a Armengol y a Echevarría que vivan juntos por un tiempo, para afianzar ese lazo, que en la historia se narra con sutileza: gestos, miradas en confianza, risas cómplices. “La decisión de Rodrigo fue muy inteligente, sensible –asegura Nicolás–, la idea de que convivamos con Carlos para afianzar esa relación de pareja que tenemos en la ficción. Así logramos que se noten algunas cosas muy simples en la manera de expresarnos. La idea era contar algo muy pequeño, con simpleza. Y creo que se alinearon los planetas, lo logramos, entre todos llegamos a una película angelada”.
Y sobre los resultados finales y el trabajo del joven director cordobés, Armengol dice: “Rodrigo logra una historia que supera las actuaciones. Claro que es un filme que necesita estar bien actuado, pero me sorprendió el cuento que contó. El mensaje es naif, a pesar de lo fuerte que es la película. Un buen director tiene que tener claro lo que quiere contar. Y me sorprende que eso suceda con una persona tan joven. Es poco pretencioso y a la vez muy potente”.
Así, con un guion que dejó espacio para la improvisación de los tres actores, en seis días se hizo el rodaje, que transcurrió casi en su totalidad en un espacio cerrado. Para Nicolás, fue una prueba para pasar en tiempo récord de los códigos actorales del teatro (que magnifican, requieren fuerza expresiva y tienen otra dimensión escénica) al minimalismo que pide una cámara y una película tan intimista. “Las primeras escenas fueron muy complicadas para mí, el resto ya no. Nunca estuve en pareja con alguien tanto tiempo y nunca hice un trío. Pero tengo amigos que sí y cuando vieron la peli me dijeron que todo quedó muy natural. Eso de que en el chat ponés cualquier cosa y cuando estás frente al otro surge la timidez. Hay algo más que rescato: pueden pasar cosas malas a partir de un encuentro así, pero también puede resultar bien. Y está bueno contar ese costado”.
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