Colombia es uno de los paises americanos que está "pisando fuerte" en cuanto a movimiento LGTBI. Pero, ¿es Colombia un país gayfriendly? ¿Existen políticos y empresarios desarmarizados (fuera del closet)?
El colectivo LGTBI está en el Ejecutivo, el Congreso, las Altas Cortes, los tribunales y la Fiscalía; las Fuerzas Militares, las empresas, el arte y el deporte. En Colombia y en el resto de los países. Y por supuesto hay homosexuales en el Banco de la República, el Ministerio de Hacienda o el del Trabajo, en los diferentes gremios, en la Banca, en el Senado, en la industria, en las juntas directivas de muchas grandes empresas, en la ingenería, en el periodismo, y por supuesto, en el propio gabinete presidencial. Muchos homosexuales "de calle" pueden dar nombres y apellidos de centenares de homosexuales armarizados o no. En Colombia y en el resto de los países, insistimos.
Según la Organización de las Naciones Unidas, en colombia existen cuatro millones y medio de homosexuales, loque corresponde aproximadamente al 10% de la población.
Pero no todos los políticos o empresarios gais se encierran en sus armarios y se averguenzan de su tendencia sentimental, como ocurrió en las pasadas discusiones en el Congreso colombiano, donde conocidos miembros homosexuales se opusieron notablemente al matrimonio igualitario en el país, con comentarios "vergonzosos".
Un ejemplo es el abogado Gustavo Osorio, uno de los juristas con mayor prestigio en asuntos laborales y pensionales de Colombia. En su carrera ha pasado por altos cargos como la Oficina Jurídica de la Dirección General de Crédito Público del Ministerio de Hacienda. Actualmente es miembro de la firma Durán & Osorio Abogados Asociados. O Guillermo Hernández, gerente del Festival Iberoamericano de Teatro; el empresario Alex Gálvez, dueño de una de las clínicas más importantes de Bogotá; Ernesto Londoño, quien se ha convertido en uno de los empresarios más importantes del país de logística y que ya organizó eventos multitudinarios como la entrega de los premios MTV en Colombia en 2009. Sobra mencionar a Edison Ramírez y Luis Bernardo Cuartas, los reyes de la rumba gay capitalina con su discoteca Theatron.
Gustavo Álvarez Gardeazábal, Virgilio Barco Isakson, Héctor Fabio Cardona, Brigitte Baptiste, Sandra Mora, Blanca Inés Durán, Márcela Sánchez, César Castro, Andrés Vásquez, Felipe Cárdenas, Luis Carlos Caballero y Felipe Zuleta forman parte de ese selecto grupo de grandes personajes de la vida LGBTI en el país.
Todos ellos han ganado merecidamente un espacio significativo en la vida pública colombiana. Justamente por esa presencia que en muchos frentes ya no es minoritaria, el debate es más complejo de lo que pueden entender quienes se oponen al reconocimiento pleno de todos los derechos gay.
El colectivo LGTBI es una fuerza económica muy importante dentro de cualquier país. Y en Colombia también lo és, pero lo puede ser más, y por supuesto "debe de tener la presencia que se merece". La realidad es que el colectivo LGTBI está hoy presente en las oficinas de todas las empresas colombianas. Sus compañeros de trabajo saben que esa realidad existe, pero pocos quieren reconocerlo en forma explícita.
Se da la circunstancia que muchas multinacionales afinan su legislación para evitar la discriminación por orientación sexual, y da la casualidad que suelen ser empresas de las consideradas "grandes e importantes" en el resto del mundo. ¿Alguna empresa colombiana importante hace algo parecido? ¡Pues debería!
Pero algo sí que está cambiando, y con la aparición de la Cámara de Comerciantes LGBT de Colombia (Cclgbtco) se demuestra que el tema está tomando nuevas dimensiones.
Hasta el momento, el comercio LGBT está concentrado en tres sectores: turismo y entretenimiento; textiles y confección; y aseo y cuidado personal. La Cámara no sólo busca vincular compañías “dirigidas” por gente LGTBI. También quieren convocar firmas que ofrezcan productos y servicios a esta población, o las que acudan a proveedores LGBTI y quieran comprometerse con causas como la de “empleadores amigables” o “comercio amigable”.
Felipe Cárdenas, CEO de la Cámara, explicó que hay dos tipos de afiliados. El primero es el clúster de grandes empresas (multinacionales extranjeras y colombianas). Con estas compañías se impulsa la certificación como “Empleadores Amigables con la población LGBTI” y como entidades que incluyen en su cadena de producción a “Proveedores Diversos”. Con ellas se realizan eventos y campañas. Actualmente hay más de 40 empresas afiliadas en estas categorías. El dirigente gremial señaló que la otra categoría de empresas afiliadas incluye emprendedores de la comunidad: personas que ejercen una actividad comercial o tienen una empresa.
En Colombia, como en la mayoría de los paises occidentales, el tamaño del colectivo LGTBI está consiguiendo que muchas empresas presten una especial atención a las peculiaridades de este segmento, con características diferenciadas como consumidores. No significa esto que el colectivo homosexual compre diferente, pero en muchos casos, sí que existe una "exquisitez" especial en lo que buscan mucho de estos potenciales consumidores. Y una generación de emprendedores le está sacando provecho a esta coyuntura a través de una gran variedad de ofertas.
Son muchos los ejemplos en el país. La marca Ladybug es uno de ellos. Fue fundada hace 10 años, vendiendo pulseras y camisetas con los símbolos gais. El negocio comenzó muy bien y vendían en los bares. Al poco tiempo se animaron y abrieron un local en Chapinero, pero las ventas cayeron, pues sus compradores temían ser vistos entrando al local. La tienda debió cerrar por este motivo, pero sienten que hay más apertura y por eso van a volver con el local. La diferencia es que hoy enfrentan muchos competidores, que además traen artículos importados.
Otro caso es el de la marca Nezzio, creada hace casi cinco años por el empresario Felipe Correa, un egresado de la Universidad Eafit en Medellín. La empresa empezó con ropa interior femenina, pero ante las dificultades del mercado se transformó hacia la producción de prendas para homosexuales. Hoy se venden dentro y fuera del país. También hay restaurantes que se consideran gay-friendly, pues allí los homosexuales pueden cogerse de las manos libremente sin sentirse juzgados. En el directorio LGBTI de Colombia aparece un amplio número de estos en Bogotá, Medellín, Cartagena y Cali.
Pero uno de los negocios donde está más claro el interés por atender el mercado gay es el del turismo. En la preparación de la 31ª Convención Anual de la ILGTA (asociación de empresarios turísticos del mundo) que se celebró el pasado año en Madrid (España), los empresarios gais colombianos tuvieron mucho que decir. Todos los estudios dicen que el gasto del turista homosexual es bastante superior al que realiza el turista heterosexual. Y en la Edición 31 de esta Convención, dentro de unos días en Madrid, seguirán teniendo mucho que decir.
Como ejemplo fantástico podemos nombrar a Aviatur, que creó la marca Gay Travel. Aunque el servicio lo ofrecen en todas las sucursales de la cadena, tienen un local especial en Chapinero en Bogotá. “No hay nada más rico que planear un viaje y, si es con la pareja, mejor. Tenemos un espacio para que puedan averiguar y cotizar sin sentirse juzgados”, explica Sammy Bessudo, encargado de esta línea de negocios en Aviatur. Ellos no venden viajes sexuales, sino planes que incluyen cruceros o playas especializadas. En muchas ocasiones van a los mismos planes que los heterosexuales. Bessudo aclara que la mayoría son planes en el exterior.
Un ejemplo práctico de lo que están haciendo las grandes empresas, publicitariamente hablando, podemos observalo en Estados Unidos, país donde firmas como Ikea, American Airlines, Crate & Barrel y Amazon han incluido individuos y parejas gay en sus anuncios publicitarios. Estos no van dirigidos únicamente al mercado de los homosexuales, también aspiran a despertar afinidad por las marcas en sus familias, sus amigos y las personas que quieren tener una sociedad menos discriminatoria.
Un estudio interno en Colombia, habla que la mitad de los homosexuales colombianos, considera que sus necesidades de consumo no son cubiertas por las empresas colombianas. Según este estudio el hombre gay colombiano busca un estatus laboral y económico elevado, posee un alto nivel educativo y cultural, y necesita exclusividad en los servicios que contrata y por supuesto libertad en el comportamiento social. El estudio añade que el consumo de lasmujeres homosexuales busca buenos administradores de su dinero, sitios más privados y establecer una relación con la marca "segura" para su orientación sentimental.
Resumiendo, Colombia está despertando. El colectivo LGTBI está presente en toda la sociedad. Las empresas nos miran con buenos ojos. Ahora solamente queda "visibilizar" nuestra opción de vida para demostrar a todos aquellos que se oponen a nuestra orientación sexual, que "todos somos iguales" ante las leyes, o incluso ante Dios.