Desde FELGTB siguiendo las recomendaciones de la Unión Europea acerca de la Diversidad Religiosa y Espiritual, se decidió que el día 24 de junio fuese esa la fecha para recordar que las personas LGTB también tienen inquietudes en el mundo espiritual y de la fé.
En la mayoría de los países de Europa, la religión predominante históricamente ha sido el cristianismo, con largos períodos de cohabitación del mundo musulmán en los países del Sur y del Este, y con la presencia casi constante de comunidades hebreas. El paso de los siglos dio lugar a un mayor predominio de la razón frente a la fe y todo ello aderezado con diferentes crisis sociopolíticas que desembocan en el panorama actual en el que parece que el peso de las instituciones religiosas ha decaído, aunque no así la creencia en un Ser Superior, en una Divinidad.
Durante demasiado tiempo, las diferencias de Fe han supuesto auténticas barreras sociales que a menudo han desembocado en guerras que más que religiosas deberían ser políticas, ya que la religión y creencias eran esgrimidas como un recurso para iniciar las confrontaciones. Pero si en algo se han caracterizado las grandes religiones y creencias es en haber considerado a la sexualidad un tema fundamental en la vida de las personas, solo que en unos pocos casos era vista de manera positiva y en la gran mayoría arrastraba no pocas censuras las cuales llegaban a la condena más extrema para las personas LGTB.
Y lo que ha sucedido con muchas personas LGTB ha sido que esa pérdida de pertenencia a una comunidad de fe, ese ostracismo y aislamiento social, ha llegado a producir un deseo más intenso de acercamiento a esa Divinidad sin tener tanta institución intermediaria entre medias. Y de esta manera, las diferentes corrientes cristianas, musulmanas, hebreas, budistas o hinduistas, por ejemplo, han ido formando una corriente de Teología LGTB y de comunidades interreligiosa en donde las personas LGTB comparten su ser y su sentido de trascendencia y de Fe.
Y atendiendo a la fecha del 24 de junio, ya es casualidad que sea el día de San Juan, el de la época del solsticio de verano, donde las horas solares han alcanzado su valor máximo. Festividad que desde muy antiguo se ha celebrado con ritos relacionados con el fuego y también con el agua. Es curioso que esos ritos siguen siendo de plena actualidad y ahí están las famosas hogueras de determinadas localidades donde se queman los malos momentos vividos, lo que no se desea que pase y se pide en esos saltos entre las llamas el ser purificados el cuerpo y el alma.
Rituales que conectan con el Universo, con una parte íntima de cada persona que a la vez la hace sentirse hermanadas con las demás personas.
Y así, aprovechando esos momentos de hermandad, se hace balance de lo que las creencias tienen de bueno y de malo sobre las personas, y especialmente en lo referente al tema LGTB. Y aunque a primera vista parece que desde el mundo espiritual no hay gran reconocimiento de la realidad LGTB, ésta se va abriendo camino y las personas LGTB ya empiezan a ser visibles en sus creencias, en sus comunidades de Fe y celebración, compartiendo cada vez más con los demás su vida y su ser.
La realidad espiritual sigue importando y las personas LGTB que tanta diversidad aportamos podemos ser grandes puentes de encuentro entre las diferentes sensibilidades religiosas al estar en tantas ocasiones en los márgenes de las ortodoxias.
Y con este deseo de Hermandad, recibid las Bendiciones y los mejores deseos de Paz.
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