Con la premiada novela ‘Días sin final’ (ganadora del Costa Book en 2016) se ha producido un hecho curioso en España: ha encabezado listas de lo mejor de 2018 tanto en el género de ficción histórica como en libros de temática LGTB. Y es que, aparte de su calidad literaria, no es nada habitual que un relato ambientado en Estados Unidos durante las guerras indias y la Guerra de Secesión, con mucha acción, aventuras y épica de western, esté protagonizado por una pareja gay e incluya apuntes sobre travestismo, transexualidad, matrimonio homosexual y adopción homoparental.
El responsable de esta fabulosa rareza es el novelista y dramaturgo irlandés Sebastian Barry, conocido en España por novelas como ‘En el lado de Canaán’ o ‘El caballero provisional’ (las dos publicadas por Alba). Barry comenzó a escribir ‘Días sin final’ cuando en 2015 su hijo pequeño, que llevaba un tiempo inquieto y desanimado, entró en su habitación para explicarle el motivo de su desasosiego: era gay. A partir de ese día, su hijo se liberó de la angustia que le atenazaba y él encontró una vía de inspiración. Fue consciente de que el relato de la historia de la homosexualidad apenas había sido escrito, y quiso aportar su grano de arena.
Como es habitual en su obra, Barry encontró a sus personajes investigando en su propia historia familiar. Explorando su árbol genealógico, descubrió que un tío abuelo de su abuelo había emigrado a Estados Unidos en el siglo XIX y había participado en las guerras contra los indios. También, documentándose sobre la época, encontró varios daguerrotipos en los que se veía a parejas de hombres cogidos de la mano o vestidos de mujer. De esta manera, fundiendo estos dos descubrimientos en su imaginación, el escritor creó a Thomas McNulty, un joven emigrante irlandés que actúa como narrador y protagonista en ‘Días sin final’.
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